Existe una antigua leyenda oriental titulada La mariposa azul que dice más o menos así:
Había una vez dos hermanas deseosas de aprender que nunca se cansaban de hacer preguntas a su padre. El pobre hombre, incapaz de dar respuestas, decidió enviarlas a vivir un tiempo con un sabio del lugar: “Él disfrutará de compañía y ellas podrán aprender de sus conocimientos”, pensó.
Así pues, las dos jóvenes se trasladaron junto al anciano, el cual contestaba a todas y cada una de las inquietudes que le planteaban las curiosas aprendices. Una noche, amabas hermanas idearon una pequeña trampa en la oscuridad de su habitación.
– Le haremos una pregunta tan tan tan difícil, que ni siquiera él será capaz de acertar la respuesta.
– ¿Y cómo haremos eso? –preguntó la otra hermana.
– Tú déjamelo a mí.
Muy temprano, la joven salió al bosque y regresó con una hermosa mariposa azul atrapada entre sus manos.
– Le pediremos que adivine si está viva o muerta. Si dice que está viva, apretaré, la mataré y entonces habrá fallado. Y si dice que está muerta, abriré la mano y la dejaré escapar volando. Así jamás acertará y nosotras podremos decir que somos más listas que él.
Convencidas, las dos pícaras hermanas fueron en busca del sabio.
– ¿Cómo está la mariposa? ¿Viva o muerta? – preguntó la joven mostrando la mano cerrada.
El hombre, sonriendo y tranquilo, no dudó un instante en contestar.
– Depende de ti. Está en tus manos.
Seguir leyendo →