Mi nombre es Valeria Kiselova Savrasova. Soy filóloga, escribo y publico cuentos, algunos de los cuales son para niños y niñas con diversidad funcional.
Mi hija está diagnosticada de trastorno del espectro autista (TEA). Es aún pequeña y estamos pasando por todas las etapas necesarias para poder ofrecerle el mejor futuro: la educación e inclusión social.
Como todas las madres quiero proteger a mi hija y le deseo lo mejor. El diagnóstico de TEA fue impactante para nosotros y nos cambió para siempre. Antes del diagnóstico, al encontrarnos con la palabra “autismo”, imaginábamos algo terrible, algo que no tiene nada que ver con nosotros. “Esto no nos puede pasar a nosotros”, es algo que hemos pensando miles de veces. Hemos pasado muchas noches sin dormir, buscando información y negando la realidad. Hemos escuchado a los médicos y amigos que nos decían intentando consolarnos: “Ya hablará”, “Einstein empezó a hablar con 5 años”, “Cada niño va a su ritmo” y otras frases hechas. Pero una madre sabe que algo va mal: cuando notas gestos «raros» en tu hijo, cuando tu hijo no te contesta si le llamas, cuando temes salir a la calle por sus berrinches continuos, cuando tu hijo no señala con el dedo y no te pide nada…
Voy a contar nuestra experiencia y nuestros avances en la imitación, aprendizaje y comunicación que no se logran con milagros, sino con mucho apoyo y trabajo diario. Es importante rodearse de personas que te ayuden, leer mucho, expresar tus sentimientos y miedos, buscar soluciones diarias porque los problemas en el autismo surgen en cualquier momento. Es importante aceptar el diagnóstico y verlo como un camino hacia los avances de tu hijo. Cada avance es un paso más para empezar a conectar y comunicarse con el mundo. Cada niño es único y su personalidad no tiene por qué verse destruida por el diagnóstico. Paso a paso se logran avances grandes, solo hay que procurar tener mucha paciencia y conocimientos necesarios para poder mejorar la comunicación. No podemos ponernos metas grandes, es inútil pensar que tu hijo va a ser un genio porque tiene TEA. Pero es importante ayudarle a ser feliz: tener menos estrés y más comunicación.
En el siguiente post hablaré de los signos de alerta que hacen sospechar que el niño tiene autismo. ¡Hasta pronto!