asumir errores

La asunción del error y la auto-exigencia

“Yo no me he equivocado. Habrás sido tú”. “Yo no lo he entendido mal. Será que tú no has sabido explicarte”. “Yo no he sido, has sido tú”. Asumir nuestros errores no es algo que estemos dispuestos a hacer alegremente. Es más, en la mayoría de los casos, solemos resistirnos a hacerlo buscando mil y una excusas y justificaciones, y cuando vemos que no nos queda más remedio, apretamos los dientes y decimos con voz destemplada: “Pues si tú lo dices… ¡me habré equivocado!”. Seguramente algún lector estará pensando ahora mismo: “Yo no tengo ningún problema en aceptar mis errores”. Nos alegramos. Siempre y cuando esa afirmación proceda directamente desde su propia esencia y no sea una falacia construida en algún rincón del ego. Seguir leyendo